Vicente Herrera Márquez
Tu piel es traje hermoso y brillante.
Es el atuendo que cubre el cuerpo perfecto,
que excita mis sentidos en la fiesta del amor.
Tu piel es la frontera que guarda sentimientos
y encierra en continente tu verdad y tu razón.
Tu piel te envuelve cual presente del regalo.
Tu piel es el pergamino que espera a este poeta
para escribir con besos el poema del deseo.
Tu piel es el destino de mis manos excitadas,
es el bosque y la pradera de sensuales extensiones,
de caminos misteriosos, tentadores y ondulantes,
que provocan recorrerlo en las horas de pasión.
Quiero sentir el viento desbocado de tu aliento
despertando a mis sentidos sumidos en letargo
y dejarme arrastrar por los hilos torrentosos
de sudor que bajan y recorren serpenteando
por el valle tentador y sinuoso de tu pecho,
que van buscando y encuentran su cauce natural.
Quiero sentir tu piel mojada y palpitante,
pidiendo a mis manos la recorran sin pudor
y que encuentren los puntos precisos del placer.
Con ansias también quiero que incite a mis labios
a libar el sumo de sal y vida que brota de tus poros.
Tu piel es sábana, es abrigo, es parte de mi piel.
domingo, 27 de julio de 2008
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