Sitemap Generator VIENTO DE LUNA - Libro de poemas: julio 2008

domingo, 27 de julio de 2008

Te quiero

Vicente Herrera Márquez

Te quiero en ausencia y presencia

Te quiero en el silencio de la distancia
Te quiero en tu sonrisa cercana
Te quiero en tu risa distante
Te quiero en un peluche presente
Te quiero en tu cuerpo ausente
Te quiero real entrando en mi casa
Te quiero imaginada escribiendo en tu casa
Te quiero en las caricias que espero
Te quiero en tus arranques de celos
Te quiero en tus arrebatos de pasión
Te quiero durmiendo en mis brazos
Te quiero en la sonrisa dulce de la Minnie
Te quiero entre juguetes vestida de muñeca
Te quiero cuando lees mis poemas
Te quiero aunque pretendas olvidarme
Te quiero cuando inspiras mis locos sentimientos
Te quiero cuando riñez porque hurgo en tus secretos
Te quiero si perdonas mis celos enfermizos
Te quiero en el tiempo entre un café y un cigarrillo
Te quiero en la fragancia de las rosas rojas
Te quiero despierta en un beso de amanecer
Te quiero de la mano en la playa soñada
Te quiero escribiendo en mi libro un poema de amor
Te quiero en mis ojos de cuerpo presente
Te quiero en mi mente aunque estes ausente
Te quiero con tu canto en el andar saludable
Te quiero en el dolor del cuerpo y del alma
Te quiero en enfermedad y en bonanza
Te quiero en las creencias que ignoro
Te quiero en la religion que no creo
Te quiero en mi saber e ignorancia
Te quiero en la realidad que distancia
Te quiero en la angustia de la separación
Te quiero en la ilusión del reencuentro
Te quiero por esa paciencia que calma mi arrebato
Te quiero por la urgencia que pide mi pasión
Te quiero en la soledad del trabajo cotidiano
Te quiero en las circunstancias que manejan el destino
Te quiero, te quiero, te quiero
Te quiero mi amor.

El nombre de mi amada

Vicente Herrera Márquez

Nunca escribí su nombre,

siempre estuvo en mis letras escondido,
pero hoy quiero que todos lo conozcan.
Quiero que el mundo sepa el nombre de mi amada,
que corra de boca en boca y que todos lo repitan,
que se transforme en poema, himno y sinfonía,
que todos sepan a quien quiero con todo y con el alma.
Su nombre es rima, verso, oración y composición de amor.
Son seis letras, más de alguna repetida, son solo tres vocales,
que al pronunciarlas riman con todas las palabras del amor.
En los versos que han leído están todas repartidas,
solo tienen que buscar con calma en todos los reglones
y a veces tendrán que leer al derecho o al revés,
o al revés y derecho, desde arriba, desde abajo, en diagonal.
¿Lo leen? Ven que es hermoso. Ese es el nombre de mi amada.

Ven, ven con todo

Vicente Herrera Márquez

Ven, ven como estés,

no importa si has llorado.
Ven, no te preocupes, no me importa tu peinado,
deja el silencio y los muros que te oprimen.
Si hay nudos que no puedes desatar,
corta por lo sano, toma las tijeras, corta lazos,
pues si son firmes en el tiempo se van a mantener.
Trae todo lo que tengas que traer,
no dejes nada que sea pretexto de volver.
Trae tus libros, tus cuadernos y ese diario juvenil.
Trae las palabras que has juntado y has guardado,
también los arrullos maternales y las frases de dolor.
El llanto de noches solitarias y el fuego de noches de pasión.
No deseches alegrías y tampoco las tristezas, tráelas.
No dejes olvidado ningún retazo de recuerdos,
pues serán necesarios e importantes en las horas de vejez.
Recoge todas las esperanzas que por años has guardado
arrumbadas, olvidadas y apiladas por montones,
en los rincones de los cuartos de la casa y de tu mente.
Trae tu salud, tu enfermedad, malestares y tus ganas de vivir.
Trae todo, no olvides nada, todo es necesario en el tiempo,
como sosiego para el cuerpo y alimento para el alma.
No quiero que dejes nada, todo es tu vida y tráelo.
Pero ven, no te detengas, ven pronto y sin mirar atrás.
Mis brazos, mi puerta y el camino de mi viaje, están abiertos para ti.
Te estoy esperando y no te preocupes por todo lo que traes,
pues en mi maleta, además de mi ropa y de mis tiempos,
hay lugar para nuestra historia y espacio para todo tu equipaje.

El día menos pensado

Vicente Herrera Márquez

El día menos pensado,

cruzarán mi puerta tus pasos,
tu mirada abarcará mi ambiente,
mi boca se humedecerá en tu aliento,
la música de tu voz romperá el silencio
y el aroma de tu cuerpo espantará la ausencia.

El día menos pensado,
mi casa se vestirá de fiesta,
mi mesa extenderá mantel largo,
mis manos servirán el mejor manjar,
el vino a punto color rubí pintará las copas
y al sonido del cristal brindaremos por ti y por mi.

El día menos pensado,
será nuestra fiesta de amor,
mi cama impaciente de espera,
lucirá sábanas nuevas color romance,
que guardadas por tiempo en un rincón,
soñaban el momento, de ver florecer tu piel.

El día menos pensado,
tu fuerza romperá ataduras,
nuestra pasión derribará murallas,
la noche insondable se abrirá a la aurora,
y nuestras vidas, sueños y cuerpos se abrazaran
olvidando los días largos que el tiempo quiso esperar.

Mi destino en tu balanza

Vicente Herrera Márquez

Si algún día en horas de invierno no tengas qué hacer,

hojea ese libro que escribo en las horas que restan del día.
Cuando tus ojos recorran las huellas que dejan mis letras,
encontraras en muchas palabras mi forma de ser.
Podrás leer mi niñez, mi juventud, mi alegría y mi dolor;
mis esperanzas de antaño y mis soledades de hoy;
mis risas, mis llantos, mis juguetes y mis juegos de azahar;
aquellos juguetes sencillos y pobres con los que aprendí
y esos juegos del destino, con los que jugué y perdí.
Encontraras mis romances, mis amores, mis poemas dulces;
proyectos, inicios, fracasos y los hijos que también perdí.
Conocerás del ímpetu que tuvieron mis músculos jóvenes
y del desgano que invade el transcurrir de mis años lentos.
Te darás cuenta que en la vida frente al poder grite verdad,
pero a la hora de beber el triunfo también mentí.
Veras que no doy consejos, pero si predico y mucho predico,
mas nunca practico, igual que el cura de aquel refrán.
Nunca en mis escritos, ni entre líneas, leerás insultos,
a menos que yo mismo, en forma directa, me los diga a mí.
Lee mis últimos versos y en todos encontraras tu nombre
veras un: Te amo, escrito con letra clara de puño muy firme
y te aseguro que todo en la vida me enseño a no mentir.
Cuando tu mente recoja y traduzca lo que leen tus ojos,
pon todo en la justa balanza que equilibra la vida,
observa a que lado se carga y mi destino lo decides tu.

Ven a mi morada

Vicente Herrera Márquez

Ven,ven temprano a mi jardín.

Ven alegrando con tu risa el camino,
no te distraigas y escucha solo mi llamada.
Yo te estaré esperando en una alfombra de flores,
para entregarte mi cariño amarrado a un ramo de rosas.

Ven,ven con lápiz y cuaderno.
Ven recorramos juntos el abecedario,
buscando palabras hermosas pero sencillas.
Yo escribiré sustantivos, tu escribirás los verbos,
y entre los dos haremos los mas lindos versos de amor.

Ven,Ven a mediodía a mi morada.
Es casita pequeña que solo me alberga a mí,
tiene puertas abiertas para que puedas entrar y salir.
Mi abrazo te esta esperando para entregarte todo mi amor.
A mi mesa te sentaras y seré yo quien te sirva dulce manjar de amor.

Ven,ven corriendo esta noche.
Ven desnuda, con tu vestido de luna,
no te detengas, mi cama te estará esperando.
Mi piel, mi boca y mis brazos ansiosos te darán calor.
Pero si vienes, ven por que tú me amas y no solo por que te amo yo.

La prisa y la calma

Vicente Herrera Márquez

Eres la audacia que emprende caminos

y logras al destino imprimirle tu ritmo.
Pero también eres el sosiego y la calma
que permite pavimentar firme el camino.
Me atrevo a correr con locura a tu lado,
pero allí estas tú, en el momento preciso,
poniendo la coma a mi oración apurada
o enfriando de mi verso el verbo impaciente.
Detienes mis manos cuando ellas se apuran
y guardas espacios en el baúl de los deseos.
Sabes escribir pausas en mi loco pentagrama,
en los momentos que desborda mi ansiedad.
Llamas al orden a mi boca impertinente,
aunque la tuya desespere por mis besos.
Reprimes en tus labios las letras de un: Te quiero,
pero aceptas y sonríes cuando digo: Yo te quiero.
Escondes con temor las caricias de tus manos,
mientras las mías se deslizan temerosas por tu piel.
Alejas sutilmente la llegada del momento del placer,
y me dejas divagando en los colores del satín.
Siendo la dueña del dominio que habitamos,
teniendo en tus manos las llaves de las puertas
y habiendo escrito el decálogo que ordena,
eres tu la que viene , la que llega y la que va,
yo aunque apure se que tengo que esperar
a que tu audacia venza los fantasmas del temor.

Nuestras noches

Vicente Herrera Márquez

Te siento algunas noches, cuando entras en mi cama,

y acurrucándote en mis brazos me cuentas tu dolor.
Me hablas de caminos recorridos,
de amores que se fueron y de marcas que dejaron.
Recuerdas pasajes familiares que arrancaron esperanzas
y en maniobras solapadas te quitaron libertad.
Me cuentas lo azaroso del camino de la vida,
de los escollos que has tenido que salvar
y la dificultad de entender la descendencia,
que critica, maldice y actúa con crueldad.

Otras noches llegas alegre
y con tu risa espantas las tristezas enquistadas,
en la funda de mi almohada cuando pienso en soledad.
Disipas mis dudas con palabras precisas
y alejas fantasmas que rondan mi mente y mi cama.
Te cuento que abrazo un cojín que tiene tu nombre
en las horas que tu a mi lado no estas y estas en tu cama,
te digo que tiene dibujado tu cuerpo, tu boca y tu sexo
y eres tú, en las noches que otros brazos te abarcan,
pero con besos me convences que no debo pensar.

Y hay noches que llegas voluptuosa,
a llenar las horas con deseo y con pasión.
Me desnudas, te desnudo, desnudamos a la noche.
Nuestros suspiros y quejidos ahogan el canto de Serrat
y la luna en la ventana, sonrojada, se esconde en una nube,
dejando a nuestros cuerpos navegando en las penumbras
y mis labios a oscuras buscando el camino del placer,
mientras tus manos impacientes van estrujando mi pasión.
Cuando Selene vuelve a aparecer somos dos, somos uno,
Somos todo, somos tu y yo, entregados al amor.

También hay noches que sufro por tu ausencia
y muero un poco cuando el frío me dice que no estás.
Se hacen largas las horas y duele el pensar en tu verdad,
apresada en otros brazos y prisionera de otros besos,
amarrada a circunstancias que obligan los papeles,
como también principios y compromisos de moral.
Son noches que matan esperanzas y producen desazón,
dejando en la boca sinsabor y en el alma soledad
que cierra los caminos y oscurece el día y la razón
dejando en el balance del amor una cuota por pagar.

Pero hay noches que soslayamos los problemas,
y nos dibujamos en senderos bordeados de libertad,
venciendo escollos y rompiendo barreras insensibles
que no entienden los códigos inentendibles del amor.
Recorremos tu geografía y mis espacios siderales
buscando respuestas en los rincones escondidos,
y las encontramos y nos dicen adelante avancen sin temor.
El amor rompe todas las barreras y no le interesa lo legal
y cuando es verdadero con razones también vence a lo moral
y en los caminos del hombre, aunque duela triunfará.

La mujer de las rosas

Vicente Herrera Márquez

La mujer que vende flores
en el kiosko de la esquina,
temprano arma los ramos
de claveles, nardos y rosas.
Son manojos que regalan amor
y con ellos sonriendo gana su pan.

La mujer que vende flores
conoce los amores ocultos,
de un señor y una señora
que esperan y no se encuentran,
en las esquinas del tiempo
y en los pasillos de un mall.

La mujer que vende floreses
también mujer muy bella
que vive su lindo romance,
por que en su jardín la acompaña
una preciosa flor que es niña,
que cual rosa, es fruto de amor.

La mujer que vende flores
es cómplice de aquel señor,
que algunos días le encarga
un sencillo ramo de rosas,
que aquella señora hermosa,
otro día pasará a buscar.

Tu piel

Vicente Herrera Márquez

Tu piel es traje hermoso y brillante.

Es el atuendo que cubre el cuerpo perfecto,
que excita mis sentidos en la fiesta del amor.
Tu piel es la frontera que guarda sentimientos
y encierra en continente tu verdad y tu razón.
Tu piel te envuelve cual presente del regalo.

Tu piel es el pergamino que espera a este poeta
para escribir con besos el poema del deseo.
Tu piel es el destino de mis manos excitadas,
es el bosque y la pradera de sensuales extensiones,
de caminos misteriosos, tentadores y ondulantes,
que provocan recorrerlo en las horas de pasión.

Quiero sentir el viento desbocado de tu aliento
despertando a mis sentidos sumidos en letargo
y dejarme arrastrar por los hilos torrentosos
de sudor que bajan y recorren serpenteando
por el valle tentador y sinuoso de tu pecho,
que van buscando y encuentran su cauce natural.

Quiero sentir tu piel mojada y palpitante,
pidiendo a mis manos la recorran sin pudor
y que encuentren los puntos precisos del placer.
Con ansias también quiero que incite a mis labios
a libar el sumo de sal y vida que brota de tus poros.
Tu piel es sábana, es abrigo, es parte de mi piel.

Minnie, tú y el amor

Vicente Herrera Márquez

En una juguetería llena de alegría infantil,

dos locos de amor se encontraron.
Ella buscando un juguete,él buscando un amor.
Entre Donald y Mickey, Tribilin y la Deisy,
los dos buscaba a Minnie en tamaño gigante.
No la encontraban, seguían buscando.
Y buscando y buscando,
sus labios se unieron en un beso de amor,
sin importar que niños y juguetes
los vieran jugando a hombre y mujer.
La Minnie buscaban y seguían buscando
era un pretexto para volverse a besar,
grandes y niños miraban y los juguetes reían.
Los sobrinos de Donald jugaban,
Glad con Suerte apostaba y ganaba
y el viejo millonario contaba y guardaba
sin darse cuenta que aquellos se amaban.
Los juguetes de Dysney,
aunque ustedes no piensen ni crean,
miran y ven, piensan y sienten,
tienen alma y tienen corazón.
Conocen a los niños y también a los adultos,
tienen sentimientos, saben del amor,
y la Minnie se parece mucho a ti.

Invítame a cenar

Vicente Herrera Márquez

Hoy por la noche, a las diez, invítame a tu casa,

hace tiempo que lo anhelo, espérame a cenar.
¿Cuál es el problema? Yo te ayudo a cocinar,
me gusta la cocina y en ella algo se yo hacer.
Yo llevo los ingredientes, ¿tu? tu agrégale el sabor.
También yo llevo el vino, los bombones y las flores,
tu regala a mis ojos tu belleza y solo pon las copas,
las llenamos y un brindis, un brindis por los dos.
Mientras tu pones flores, candelabro y mantel largo,
yo cocino el manjar con que te quiero agasajar.
Prepararé una entrada, una crema y plato fuerte,
de postre queso y rojas frutas, luego será el café.
El bajativo lo libaremos de los labios embebidos
en ese vino dulce ardiente, que a ti te gusta tanto.
Y al calor del vino y el dulzor de nuestros besos,
la luz se ira escondiendo tras las cortina y en rincones,
dejando la penumbra que requieren las siluetas,
para dibujarse en las sombras apretadas en abrazo.
La música con cadencia de romanza será armonía
acompañada en melodía por suspiros y susurros,
que brotarán sin temores de tu boca y de la mía.
Tu alcoba estará esperando ansiosa la llegada
de dos cuerpos que por tiempo se desean
y por dichos sin pensar crean espacios de distancias.
Tu cama será aposento, tu cuarto será el testigo
de deseos contenidos y caricias reprimidas,
sentimientos que se guardan en los rincones oscuros
a la espera que el tiempo abra o rompa las persianas.
Libres vivamos la noche, no pensemos en mañana,
dame tu boca, tu piel, tu cuerpo, apodérate del mío.
Sintamos nuestros tiempos, gocemos del amor,
soltemos los corceles, cortemos las amarras de las naves,
transitemos los senderos del deseo, gritemos la pasión.
Esta noche será nuestra, desterremos los temores.
Mi amor, que esta noche sea el comienzo de la vida.
Todo puede empezar a las diez, si me invitas a cenar.

Haciendo madrugada

Vicente Herrera Márquez


Que lindo es encontrarnos de mañana


haciendo madrugada en nuestra cama.

Que importa si nos vemos despeinados,

con ojeras y mostrando huella de años,

si anoche fuimos un par de enamorados

que con besos jóvenes libamos un manjar.



Que lindo que nos vean de la mano por la calle,

orgullosos caminando haciendo travesía.

Que importa que hablen y digan lo que quieran,

con miradas y palabras que no saben del amor,

si hoy de día claro nos mostramos cara al sol

y muy firmes avanzamos sin pensar en que dirán.



Que lindo haber hecho el viaje cotidiano

y llegar a la noche si habernos soltado de la mano.

Que importa haber discutido todo el día con el sol,

explicando a todo el mundo la razón y la verdad,

sabiendo que esta noche abrazados dormiremos

y nuevamente haremos madrugada en nuestra cama.

Un año más corazón

Vicente Herrera Márquez

Te acuerdas compañero, hace un año conversamos,

poco lo hacemos, cumplíamos no se cuantos,
de los tantos que juntos hemos escrito una novela.
¿Te das cuenta como los días y meses pasan?
¿Te das cuenta como a pesar de la canícula y la nieve,
casi sin pensarlo, hoy cumplimos uno más?
Que al unirlo a los demás suman décadas de travesía.
Y otra vez, celebrando juntos, aquí estamos, corazón.

Nuevamente brindaremos por la esperanza y la ilusión.
Por lo pasado, lo andado, lo soñado y lo olvidado.
Por lo comido y lo bailado, por los triunfos y fracasos.
Por las espinas ganadas y los laureles perdidos.
Por los rieles del destino y las estaciones vividas.
Por la salud, el buen vino y el tiempo que nos queda.
Por los amores de primavera y las despedidas de otoño.
Por los veranos calientes y aquellos inviernos helados.
Por el primer amor y todos los amores del camino.
Por el gran amor y también por los amores robados.

La avenida del ensueño se vestirá de carnaval,
las comparsas de recuerdos harán un corso sinfín,
mientras tu y yo saltando seremos Arlequín y Pierrot,
y brindando eufóricos, cantaremos a la vida y el amor.
Esta noche los bares de par en par abrirán sus puertas,
para que corra, como un río, el vino y alegre el carnaval.
Las chicas pintadas de la calle en pícara ronda giraran,
los mendigos soñolientos bailaran al compás de un tango
y la calandria mañanera trinara un himno de aniversario.

Sí corazón, alarguemos esta noche viviendo en plenitud.
¿Quién puede saberlo? Puede ser la última de cumpleaños.
Tu y yo corazón, creo que a estos tantos de la vida,
aprendiendo, trabajando, amando, creando y criando,
muchos dirán que no, pero ¿la verdad? ¡Merecemos carnaval!
Y bien sabes corazón que aquella mirada de luna traviesa
que hace un año, entre nubes, un ojo nos guiñaba,
mientras nosotros aún nos mecíamos en una brisa pasajera,
hoy esta aquí, con nosotros, y nos quiere corazón.
Por ella , por ti, por mi, brindemos amigo que lates en mi pecho
y gritemos a pulmón abierto, contra viento, marea y todo,
que hoy también nosotros, la sentimos a nuestro lado.
¡Sí! ¡Porque mucho la queremos... y amamos, corazón!

El amor que yo te doy

Vicente Herrera Márquez

El amor que yo te doy,

tiene la distancia de venir andando,
suma los caminos de mis pies cansados,
resta descuentos y esperanzas truncas,
se despoja de caricias que dejaron marcas
y con mirada limpia, sin mirar atrás, busca tu cariño.

El amor que yo te doy,
es de adulto que parece niño,
es de poeta de palabras mínimas.
Pretende venir del espacio y de otros confines,
pero es bueno, muy simple y sencillo
y tan solo pretende entregarte verdad

El amor que yo te doy,
tiene la presencia de mi cuerpo entero,
te entrega las caricias que han aprendido mis manos
y te trae besos guardados por tiempo para tus labios.
También trae el arrullo de palabras dulces
y un torrente de estrofas repletas de amor.

El amor que yo te doy,
puede ser el último que entregue mi corazón gastado,
quizás es el prólogo del final de mi novela
y puede ser el acto culmine de la comedia de mi vida,
que ha encontrado en el teatro de la historia
el final y la heroína que siempre busqué para la trama.

Lidia de amor

Vicente Herrera Márquez

Con sábanas rojas me incitas torera,

no hay traje de luces, luces en encaje negro.
La montera es un velo y la capa es espuma.
Me tientas a seguirte en la arena que es cama
mientras me despojas de ropa y temores.

La noche es un ruedo con cientos de caras,
que ansiosas esperan en verónicas vernos.
Pero el tiempo que pasa las va transformando,
de rostros, a miles de rosas que rojas nos miran,
en esta lidia de amor, sin muleta ni espada.

No hay banderillas, tan solo caricias,
que animan y encienden las horas que corren.
No hay bocas que griten ni oles que aviven,
solo se escuchan susurros pausados que dicen te amo.
La lidia con toros y arena en el ruedo debiera prohibirse,
pero no la nuestra torera, dame una estocada de amor.

Mesa para dos

Vicente Herrera Márquez

Mozo, una meza para dos-

-¿Para dos?-
-Sí, para dos, ella llega luego-
-¿Le sirvo algo mientras?-
-Sí, por favor, una gaseosa-
-Servido señor ¿algo más?-
-Traiga algo para picar,
unas aceitunas de la verdes
pistachos y almendras
y por favor ponga música-
-¿Algo en especial señor?-
-Todo lo que tenga de Serrat.-
-¿Le traigo algo más mientras espera?-
-Siento que viene, champagne por favor,
copas altas, una rosa y suba la música.-
-Su pedido señor ¿destapo la botella?-
-Aun no, esperemos que ella llegue…-
……………………………………...
-Mozo, ahora sí descorche la botella,
y llene las copas que vamos a brindar-
-¿Seguro señor, quiere que llene las copas?-
-Si por favor, que quiero brindar con mi amor,
mírela, es preciosa, ¿No cree usted?-
-Mientras brindamos, tráiganos la carta
y otra botella de champagne.-
-De inmediato, lo que usted diga señor.-
………………………………………
-¿Ya eligió señor lo que se va a servir?-
-Aún no, pero esperemos que ella se decida.
Es linda, es la más hermosa ¿Qué piensa usted?
Mientras decide traiga otra botella por favor,
por que hoy estamos celebrando nuestro amor.-
-Aquí tiene señor, otra botella del mejor.-
- Gracias amigo, llene las copas por favor.-
-La suya querrá decir usted señor.-
-Las copas le dije, la mía y la de ella también.-
-Pero esta aun esta llena señor.-
-Deje yo las lleno, así brindamos otra vez,
mientras ella decide que vamos a comer.-
………………………………………..
-Mozo, la cuenta por favor, nos vamos. –
¿Cómo y el señor no va a comer?-
-No a ella no le gusto usted ni el restaurant,
y además tardan mucho en atender-
-Pero señor todo el tiempo usted ha estado solo-
-¿Como solo, acaso no pedí una mesa para dos?
Entonces usted esta ciego y no ve a mi amor,
vamos preciosa, recorramos la ciudad
y busquemos otro mozo y otro restaurant,
donde si haya una mesa para dos.

La llave y el ariete

Vicente Herrera Márquez

Son cientos de páginas que descifro cada noche,

mas, no logro entender el misterio de tus códigos.
Me hago parte de ti en los capítulos de dolor,
me pierdo contigo en el laberinto de tus sucesos
y buscando una casualidad en recodos y gavetas,
siento que mis mejillas se transforman sin querer,
también en el camino recorrido por de tus lagrimas.

Un día eres el ave fénix que renace del olvido,
extendiendo alas y sentidos abrazando inmensidad,
al siguiente nuevamente te sientes cautiva del pasado
y regresas buscando las caricias de aquel que ya se fue.
Hay momentos que tus ojos se llenan de presente,
al tiempo que tu voz encanta y canta de hoy la melodía,
pero al poco andar te sumerges en mares de silencio
y tu vista mira atrás perdiéndose en sombras de nostalgias.

Dime prisionera de esa imagen grabada en el recuerdo,
cual es el discurso, la oración o tan solo las palabras,
que al pronunciarlas sean la llave que abra aquel encierro
o sirvan de ariete que martille y destruya esa muralla,
para traerte liberada a los caminos que te alejen del ayer.
No importa si soy o no soy tu meta u oasis del presente,
pero si quiero ayudarte y ser el compañero temporal,
hasta que cumplas el sueño que vive en ti latente
y que derramas escribiendo en los reglones de tu vida.
Aquel de lograr como mujer, algún día, la gloria y el amor.

En un boulevard del centro

Vicente Herrera Márquez

Desperté soñando que hoy te vería,

que hoy encontraría a la mujer que vive en mis sueños.
Salté de la cama, tome una ducha y me di un café.
A medio vestir, salí corriendo, tan solo con un calcetín.
El metro repleto, me hizo un espacio y me dejo subir.
Un millón de personas y cien estaciones me vieron pasar.

En un boulevard del centro te busque entre la gente,
trajiné en las vitrinas y pregunté a los espejos.
Busque tu nombre en afiches y portadas de libros.
Mire maniquíes vestidos con ropas de invierno
y acaricie otros que tenían tan solo calzón y sostén.
Imagine muchas cosas, incluso que tú me buscabas a mí.
Vestí mil cuerpos con botas y jeans ajustados,
pensando que así te gusta tu figura lucir,
a otros les puse peluca color rojo marrón
y mientras lo hacía gritaba tu nombre.
Pinté tus ojos y labios en la cara de mil mujeres,
creo que nunca en la vida a tantas miré
y mientras lo hacia cantaba tu nombre.
En orejas contaba aros y en frentes buscaba años,
no buscaba una joven, no buscaba una anciana,
tan solo quería encontrar una huella marcada
que dijera muy claro: quien buscas yo soy.
Tu nombre murmuré muy cerca de oídos,
esperando que un par de ojos mirara al oírlo decir.
Como loco te encontraba y entre la gente te perdía,
y sin importar el frío y la lluvia del invierno
susurraba, cantaba, gritaba tu nombre mi amor.

Sentí que me rodeaban, alguien me tomo de un brazo,
contento pensé que eras tú, alguien me tomo del otro
y también, ya en el limbo, pensé que eras tú.
La gente miraba, todos hablaban y todos reían.
Un guardia me tomo las manos y me regalo dos pulseras.
Dos policías me ayudaron a una limusina subir.
Una mujer hermosa vestida de blanco me tomo las manos,
en su bello rostro estaban tus ojos y también tu sonrisa.
Con emoción te salude: Hola mi amor ¿Cómo estás?
Tanto que tardaste en llegar, me estaba volviendo loco.

¿Eres tú?

Vicente Herrera Márquez


¡Hola! ¿Tú eres tú?

¡Hola! Sí yo soy yo ¿Y tú eres tú?

Sí, también yo soy yo.

¿Entonces somos tú y yo?

¡Sí somos tú y yo!

¡Que linda eres!
¡Eres más hermosa de cómo te imaginé!

Y tu eres igual a como yo te soñé.

Pensé que no vendrías…

¿Y por que? Si yo te dije que vendría…

Por un momento lo pensé…
Mírame y deja mirarme en tus ojos…

Te miro y también me veo en los tuyos…

Quiero abrazarte….

¡Abrázame! Te estoy esperando,
quiero sentir tu calor…

Quiero besarte...

¡Bésame! Bésame fuerte en los labios,
que hace tiempo lo estoy deseando…

¡Te quiero! ¡Te quiero!

Abrázame y bésame…

¡Te amo! ¡Te amo!

Abrázame y bésame…

¿Me amas?

Abrázame y bésame…

Luz abierta y ojos encendidos

Vicente Herrera Márquez

No te ocultes en las sombras,

al amor no le gustan las penumbras.
Despeja los cristales, abre las cortinas,
deja que ilumine la mirada de la luna,
para que entre la cama en el espejo,
y la noche vea como hacemos el amor.
Tu cuerpo es bello, no lo ocultes,
quita la sábana que cubre tus encantos,
tu figura es deleite de cámaras y artistas
dale a mis ojos el placer de contemplarte.
Permite que el aire de mi cuarto te acaricie,
no impidas a mis manos codiciosas
palpar y acariciar el terciopelo de tu piel.
¡Ayyy, tu piel! No escondas esa piel.
Despeja los contornos ondulantes
y muéstrame el curvado continente.
Repleta la cavidad dúctil de mis manos
con las formas redondeadas de tu pecho.
Deja que mis falanges inquietas
vaguen por tus valles temblorosos
y permite que mi boca sedienta de tu miel
busque en el diapasón tenso de tu cuello,
los puntos que al pulsarlos con mis labios
te hagan arder como hoguera de pasión.
No tengas vergüenza ni temor,
mira sin pudor mi reflejo en el espejo.
Haz lo mismo a mi cuerpo que espera
que imites lo que hace mi deseo con el tuyo.
Mírame, mi piel es un libro de hojas vivas,
donde puedes ver años y caminos recorridos,
pero también puedes leer las letras que te cantan.
Humedece con tu boca los surcos de mi piel.
Con tus manos amasa mis músculos cansados.
Late vibra, libera tus instintos amarrados
y haz que se rebelen en tropel mis deseos contenidos.
Que la mirada de la luna que nos mira en la ventana,
explote en luz y se iluminen paredes y ventanas,
para que hagamos el amor a luz abierta y ojos encendidos.

Felíz cumpleaños corazón

Vicente Herrera Márquez

No tengo sueño ni quiero dormir.

Esta noche es fiesta y vamos a festejar.
Tu y yo, los dos solos corazón, tu y yo.
Hoy es tu cumpleaños y hay que celebrar,
si el vino ya se ha dormido lo vamos a despertar
y esa luna que brilla allí en el bar de la esquina
descorchara las botellas y las copas llenará.
Entre brindis y brindis y los vapores de alcohol
hagamos la noche día, recordemos lo pasado
y conversando las horas esperemos la madrugada.
No te preocupes por nada, vivamos la hora presente,
total mañana… mañana será otro día.

¿Que mas podemos celebrar, aprovechando la ocasión?
acordémonos que hace unos años sufrimos un accidente
que ha ti te hizo latir más lento y a mi dejar de fumar,
o podemos despedir aquella ilusión que hace poco se apagó,
pensemos que no es ingrata por que se fue y olvidó,
simplemente lo que pasó es que habrá encontrado otro amor.
¡Mira! saludemos aquella mirada que se asoma tras la luna,
nos hace un guiño, se esconde y vuelve a aparecer.....

Mejor brindemos por los ausentes, luego por los presentes,
por los abandonados del amor, por los que están enamorados,
por los pobres y los ricos, por los niños y los ancianos,
por las mujeres hermosas, por todas las mujeres.
También quiero brindar por tu tolerancia y paciencia
y por haberme aguantado tantos años corazón.
Que sirva mas copas la luna para que tú brindes por mí,
hoy yo también cumplo años ¿O ya te habías olvidado?
acuérdate que hace ¡Tantos! juntos nacimos un marzo
y que estarás en mi pecho hasta que muramos los dos.
No te preocupes por nada, hagamos lo que haya que hacer,
total mañana… mañana será otro día.
¡Salud hermano y amigo!¡Salud! ¡Salud corazón!

Beso de medianoche

Vicente Herrera Márquez

Tu beso de media noche

enciende la luz del cuarto
y apaga el televisor,
espanta el frío de agosto
y explota en calor de piel.

Tu beso de media noche
da vida al cuerpo cansado
y excita bríos tranquilos,
calienta ríos de sangre
que inundan campos de amor.

Tu beso de media noche
es azúcar para el café,
es leña para el hogar,
es levadura para el pan
y es vino para el poeta.

Tu beso de media noche
llena ausencias del día,
trae verdad a lo incierto,
sacia la sed del camino
y alimenta mi pasión por ti.

Tu beso de media noche
llega en momentos precisos,
en que la mente se pierde
buscando muchas respuestas,
por los caminos del sueño.

Tus caricias y tus susurros,
tu calor, tu piel, tus deseos,
y ese beso de media noche,
aquí en mi boca mi amor,
los quiero todas las noches.

El amor no se ha ido

Vicente Herrera Márquez

El amor no se ha ido,

sigue a todas horas rondando,
penetra por la ventana entornada
y de mi casa hace un nido
para cobijar a mi amada.

El amor no se ha ido,
esta en su patio y su cuarto,
llena su libro con letras de encanto
y teje sus alas con hilos de seda,
para que pronto vuele a mi nido.

El amor no se ha ido,
esta en el aire y pinta las nubes,
lo interpreta el trino del ave
y nace susurro en la brisa
para que fuerte lo grite el viento.

El amor no se ha ido,
esta en tu palabra y la mía,
llena con ansias las horas del día
y cubre con caricias y besos
el camino que nos lleva a vivir.

El amor no se ha ido,
tan solo jugaba a esconderse,
para probar las fuerzas del alma
y hacer vibrar sentimientos
que hicieran amarnos más.

El amor no se ha ido,
el amor esta aquí.

Te espero mi amor

Vicente Herrera Márquez

Esta noche estoy ebrio de alcohol,

me acompaña mi fiel botella de ron.
Esta noche estoy loco de amor,
me acompañan tu voz y tu olor.
Tu olor en mi almohada de noches pensadas,
tu voz en el aire de horas soñadas.
Mis cuatro paredes aprietan mi vida,
y comprimen archivos de horas de amor.
Serrat y Sinatra son fantasmas que entonan
estrofas y versos preñados de amor,
que se impregnan con humo y vapores
de cigarros de infarto y copas de ron.
Las sabanas rojas extrañan tu piel,
la piel que esperaron sentir y abrigar.
La mesa servida con sencillo manjar,
aún espera la princesa que nunca llegó.
Te siento tan lejos y te quiero tan cerca,
te bebo en distancia y te sueño a mi lado.
Te espero, te sueño, te quiero, te amo,
algún día, mi amor, tendrás que llegar.

Nada he aprendido

Vicente Herrera Márquez

Hoy no hay poesía ni rima en mis letras,

el día se vistió de gris y la noche se quedó sin luna,
no esta el embrujo sutil de los momentos de ayer.
Tu alegría, tu risa y tu encanto se ahogan en llanto,
aumentando la pena que siempre a cargado tu alma.

He transitado senderos cargados de huellas,
he recorrido los vergeles y las dunas del tiempo.
Me he sumergido en los escritos del hombre,
me jacto de ser erudito en la historia del mundo
y haber aprendido a golpes de vida toda la lección.
Sin embargo tropiezo y me caigo mil veces,
y me olvido del dolor que sentí y que causé
toda vez que en el camino tropecé y me caí,
a causa del error que prometí nunca más cometer.

No soy digno del amor y cariño de ti ni de nadie,
no merezco perdón ni amistad de quienes herí.
Hoy me pierdo en distancias que ayudo a forjar,
hablando en lamentos al sentir que tu ya no estás
y me maldigo a mi mismo por vivir y nunca aprender.

Corre, ve y dile

Vicente Herrera Márquez

Tu que lees lo escrito bajo el disfraz de mis letras,

corre, ve y dile a mi amada que mis palabras la llaman.
Dile que si yo escribo te espero, quiero decir ven corriendo.
Si mis palabras expresan te siento, lo que dicen es te quiero.
Y si dicen pienso en ti, le están confesando mi amor,
el que ya no puedo callar ni mantenerlo escondido.

Tu que la vida has vivido y se que sabes de amores,
enséñale a la que quiero, que en mis versos la estoy amando,
que mis problemas se esfuman cuando presiento que viene,
que también la siento cerca cuando me invade la ausencia,
y que en mis quehaceres del día la llevo siempre a mi lado,
aunque los avatares del tiempo me resten trozos de vida

A ti que analizas las letras en el revés de mis páginas,
quiero pedirte que seas el heraldo pregonero de mis sentires
y le hagas entender a ella con tu paciencia y con calma,
que en mis palabras sencillas esta mi canto del alma,
que se desgarra en estrofas para ofrecerle mis manos,
y entregarle toda mi vida, hasta el suspiro postrero.

Eres viento

Vicente Herrera Márquez

Eres la musa que inspira sentimientos.

Eres la mujer que viste con palabras
mis páginas desnudas.
Eres la ilusión que invade los sueños
y llena los minutos de vigilia.
Eres la poetisa imaginaria de letras
que le da sentido a mis palabras,l
e regala sustantivos…
y pone verbos a mis versos que te cantan.
Eres la silueta de contornos curvilíneos
que invade el dominio de mis ojos.
Eres la artista que dibuja besos
en el espacio sediento de mi boca,
con tus labios impregnados
del jugo frutoso de tu cuerpo.
Eres la mujer que calma mis apremios,
agitando tu etérea túnica de diosa
cuando las ansias alteran mis sentidos.
Eres la dueña de las manos que acarician
mis pesares y los años de mi piel.
Eres la mujer que quiero como novia
acompañándome en el largo sendero de la vida.
Eres luz de luna que atraviesa el cristal de la ventana.
Eres brisa tibia que penetra atrevida
por la puerta entreabierta de mi casa.
Eres viento norte que despierta mis deseos,
y eres huracán desenfrenado cuando entras en mi cama.

Cuidado con las pausas

Vicente Herrera Márquez

Distancias, pequeñas e inmensas,

que acortan y alargan el tiempo de amar.

Silencios, momentos de palabras silentes,
testigos que pasan, y los calla el tiempo.

Pausas, que detienen los pasos de amantes,
insensibles no sienten ni cuenta se dan
que pasan, pasan y pasan las horas,
también que suman los días que van
a la vez que restan los días que faltan.

Por eso amor, no te detengas en el camino,
a preguntarle al viento que hacer.
Si tu me quieres querer, quiéreme sin pensar,
porque entre distancias, silencios y pausas
es posible que el tiempo te pueda ganar.

Ven, acércate

Vicente Herrera Márquez

Ven amor, ven, no te detengas,

irrumpe en mi espacio cantando, disipa las nubes de dudas,
hagamos de la vida un pentagrama y entre los dos escribamos el amor.

Quiero colmar de verbos con sentido los reglones que vacíos han quedado.
También llenar las páginas de nuestro libro que parecen hojas de silencio,
delinear un prólogo que perdure sin dejar espacios a epílogos y finales,
escribir no solo por adornarlas con palabras resonantes y asonantes,
sino que para estampar en ellas los te quiero y te amo que he callado
por temor que parezcan simples sonidos que se emiten como ecos repetidos.

Quiero cubrir en tus labios los espacios que por días sin besos se quedaron,
dibujar en tu piel miles de caricias que imaginadas en el aire se perdieron,
pintar en tus retinas las flores y colores de paisajes que olvidamos recorrer,
modular en tus oídos los susurros que por momentos largos no dijeron,
acariciarte no solo por complacer y darles calor a mis manos atrevidas,
sino, que para brotar arpegios de tus cuerdas contenidas, ansiosas de vibrar.

Quiero sentir corriendo en toda la extensión de mi columna un río de placer,
provocar en tus montes, valles y llanuras temblores y torrentes de pasión,
prolongar en minutos extensos los segundos y los minutos en horas sin reloj,
hasta lograr el momento placentero en que ambos alcancemos el final.
Ven acércate amor, juntos abramos espacios y juntos llenemos los tiempos,
quiero fundir mi cuerpo al tuyo buscando la comunión de nuestro amor

Sentidos

Vicente Herrera Márquez

Huelo en las estelas del viento,

el aroma del campo y el sudor del trabajo.
Huelo en avenidas y calles,
el hedor de basuras, de cemento y de smog.
Huelo en mis sabanas rojas,
de tu piel la esencia y el olor de mujer.

Veo en el margen del horizonte,
la aurora del día y el preludio nocturno.
Veo en pantallas brillantes y planas,
como vive apurado muriendo el mundo.
Veo en lo profundo de tu mirar,
el rostro del hijo que pudimos tener.

Oigo en los parlantes del tiempo,
el lamento de muchos que cargan dolor.
Oigo las risas y cantos de niños,
que las apaga, insensible, el tronar del cañón.
Oigo en el aire el lamento de un canto,
que es el tuyo que no se quiere alejar.

Siento en el paladar un dulce gustito,
es el azúcar de la leche del pecho materno.
Siento en la boca ardor y acidez,
que provocan las mezclas de droga y alcohol.
Siento en mis labios un rojo sabor,
de besos que dicen: de ti no me quiero alejar.

Tocan mis dedos apéndices en teclas,
que revuelven dígitos en el caos del devenir actual.
Palpo con mis manos gastadas,
el rostro de los niños que abandoné en el tiempo.
Dejo que mi piel sedienta se adhiera a la tuya,
envolviendo dos cuerpos que no se quieren separar.

Palpo la pálida piel de luna que abriga tu cuerpo.
Siento con la lengua el sabor de tu ser.
Oigo muy claro cuando ríes, cantas y lloras.
Veo en tus ojos la verdad cuando dices: te quiero.
Huelo en distancia, sin verte, si vienes o vas.
¿Qué será, que en mis cinco sentidos siempre estas tu?

Seré lo que pueda ser

Vicente Herrera Márquez

Quiero entrar en el claustro de tu alma

y transitar de tu mente los caminos,
que me lleven a confines escondidos
a buscar en los anaqueles de códigos,
aquellos que alteran tu sueño y tu vigilia.
Quiero descifrar el misterio escondido,
que el destino te entregó como legado,
ese que de un instante al que sigue
transforma en llanto y angustia tu alegría,
paraliza tus manos ansiosas de hacer,
enfría las caricias que quieres entregar
y llena de nubes tu cúpula de luz.
Si esos códigos de formulas lo piden,
seré el matemático que eleve las potencias
para lograr tu amargura erradicar.
Si son leyes las que fueran necesarias,
seré el abogado que raudo las redacte
y luego el juez que las dicte y las implante.
Si es tratamiento con alivio de fármacos,
seré el galeno que no duerma hasta lograrlo.
Si magia es lo indicado para todo cambiar,
seré el mago de pócimas y conjuros
que invente el hechizo para erradicar la soledad.
Si son oraciones que requieran tus creencias,
aún incrédulo, seré fuerza y sostén de tu fe.
Si es cariño y apoyo aquí están mis manos.
Si es oasis de descanso toma mi pecho y mis brazos.
Si es complacencia de deseos mi cuerpo esta esperando.
Si es amor, mi amor es tuyo, tómalo,
me conoces, me sientes y tu sabes que te amo.
Y si solo soy el ignorante que nada podrá cambiar,
siempre estaré a tu lado y mucho amor te brindaré.

Pausas

Vicente Herrera Márquez

Poco a poco creé los personajes, inventé una situación, pensé en el nudo de la historia y la trama se iba armando.
En un momento en que estaba escribiendo sin parar de repente mi mente quedo en blanco y no pude seguir el hilo de lo que tan fácilmente en mi mente había escrito en borrador.
Pensé, lo mejor es hacer una pausa y ordenar las ideas. Aproveché de comer y beber algo, mi cuerpo lo estaba pidiendo, llevaba horas en el computador.
Después de un buen rato en pausa volví a sentarme ante el teclado y las ideas fluyeron nuevamente y sin parar en muy poco tiempo logre terminar el cuento que según mi criterio era fenomenal, punto final y dejarlo para después con calma hacer las correcciones.
Moraleja, el haber hecho una pausa fue lo mejor que se me ocurrió, dio muy buen resultado.
Otro día estaba en una situación similar frente al teclado, escribía y escribía sin parar y de repente otra vez la mente se negaba darle continuidad a lo pensado.
Era un trabajo que me había propuesto terminar ese mismo día pues era un cuento que escribía para un concurso que cerraba su plazo de entrega al día siguiente. No quise suspender y me devanaba los sesos para reencontrar el hilo de la trama perdido. Iba, volvía, iba de nuevo y otra vez volvía. Releía lo escrito buscando donde había quedado entrampado y nada.Ya desesperado me acorde de esa otra vez en que me había sucedido lo mismo y decidí tranquilamente hacer una pausa y después sin contratiempos pude terminar la historia.
Entonces decidí hacer lo mismo, y puse todo en pausa, computador, teclado, dedos y mente y a dejar pasar unas horas para retomar y continuar con esa linda historia que escribía con la mente puesta en ganar el concurso.
Me puse a leer un diario y a tomar un trago. Me dio sueño y dormí un rato. Cuando desperté con bríos e ideas renovadas me dispuse a seguir con la historia. Me senté frente a mi amigo computador y a recomenzar, salir de pausa de todo lo pausado y a escribir. Salí de pausa y no encontré por ninguna parte lo ya escrito, busqué, rebusque, alegué, grite, maldije y nada, todo había desaparecido. Moraleja. No dejar nunca en pausa la historia que se esta escribiendo para ganar un concurso. Todo esto lo cuento a raíz de haber escuchado la conversación de dos enamorados en la que ella decía que dejaran la historia de su amor un tiempo en pausa. Me pregunto como será una pausa en una historia de amor verdadera. Y también me pregunto si se podrá retomar o se perderá todo lo escrito, lo hablado, los besos, las caricias y las promesas de amor dichas por cientos de veces….¿Podrá hacerse una pausa en el amor?

Desideramor

Vicente Herrera Márquez

Si el silencio acalla las campanas.
Si las tinieblas empañan todos los soles.
Si la escarcha congela el germen de las flores.
Si los hombres se matan en los campos de batalla.
Si la desidia envuelve y paraliza las buenas intenciones.
Si los telares se olvidan tejer las fibras y solo urden telarañas.
Si las esperanzas de la humanidad se tornan en quimeras.
Si los relojes y engranajes giran sin sentido ni razón.
Si la vida es destruida por protones y neutrones.
Si las pantallas de tv solo muestran la miseria.
Si la sangre oscura de mis venas se coagula.
Si mi lucidez se transforma en locura.
Si la vida se me escapa gota a gota.
Si mi mirada se va oscureciendo.
Si mi corazón ya no latiera.
Si me queda aun la voz.
¡Sí! mi voz gritará:
¡Te quiero!
¡Te amo!
Mujer

Despues de la lluvia

Vicente Herrera Márquez

Después de la lluvia el arcoiris,

después de la pena una alegría,
el rictus de amargura se transforma
y en el rostro se dibuja una sonrisa.

El andar pesaroso de la tarde,
al sentir luz de luna entre la bruma
se agiliza y raudo corre en la llanura,
en busca de un beso y un abrazo.

Por momentos las palabras brotan iracundas
y se lanzan al viento caprichosas e impensadas,
sin pensar que en otro libro una mano de mujer
con mente y corazón el amor esta escribiendo.

Después de la lluvia hay que pensar,
que no siempre puede ser un arco de colores,
y a la pena la puede seguir un gran dolor.
Hay que contar los segundos lentamente
antes de gritar y reclamar la sinrazón,
pensando que son dos en toda relación
y que mientras uno produce tempestades
el otro que ha contado todos los segundos
puede estar dibujando un arcoiris con amor.

Desnuda de luna

Vicente Herrera Márquez

Llegas noche a noche
con trajes distintos,
pero siempre vestida de luna.
Si ella es menguante
cada día que pasa
tu falda se alarga.
Cuando llega a nueva
vienes misteriosa,
vestida de gala y cubierta de negro,
con sedas y encajes para noche larga.
En tanto va creciendo
tu falda se acorta, se acorta,
mientras que tus piernas
se alargan, se alargan.
Y cuando ella es plena,
¡Aaay! Cuando ella esta llena
vienes hermosa,
corriendo a buscarme,
ofreciendo a mis manos
tu piel blanca,
desnuda de luna.