Vicente Herrera Márquez
Te cuento que vengo de vuelta
de un lugar lejano donde anduve soñando,
traigo momentos que fueron sublimes,
retazos de tiempo pintados de amor,
algunos instantes de linda locura,
formas de un cuerpo y rastros de besos
que conocen mis manos y mi boca mejor.
También traigo en mi bolso de viaje
una canción con silencios escrita,
malos entendidos, reproches, distancias
y un atado apretado de rollos de olvido.
Te cuento que no vengo buscando consuelo,
no quiero otra boca para recordar besos,
ni tampoco piel para olvidar otra piel.
Pero si te digo que a pesar de amores vividos
y una cuenta larga de muchos fracasos
no he aprendido a vivir sin amor de mujer.
Por eso busco y quiero compañera de ruta,
camarada de vida, cómplice en mis versos,
amante ardiente de noche y cariñosa de día.
De mis cuotas de vida he gastado ya muchas,
pero aún me quedan y te las quiero brindar.
Tus letras me dicen que también has vivido,
que de muchas estaciones has pisado el andén,
esperando, llegando, partiendo con o sin amor.
Pero también dicen que sabes y quieres amar,
hablan de olvidos, distancias y camas vacías,
muy claro se lee que sin amor no puedes viajar,
y que tus sabanas dos cuerpos esperan ansiosas.
Por eso estoy leyendo y buscando en tus páginas
un reglón en blanco para entrar en tu libro,
un poema inconcluso para escribir entre dos
o un párrafo que diga: ¡Alto! no se puede entrar.
domingo, 27 de julio de 2008
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