con agridulce sabor de noche.
Dulce
por haber yacido contigo
y agrio
por despertar sin ti.
Desde tu cama,
en sueños, te llamé a la mía.
Llegaste desnuda
y te vestí de mujer,
llene de labios tu cuello,
y cubrí tus senos de besos
Mi mirada se regocijó
en tu paisaje,
mi olfato se embriago
en tu aroma
y el tacto de mi boca
buscó manjar de placer.
Con mis manos
te hice de caricias blusa,
y con mis piernas
una falda entallé en tus piernas.
Mi pecho cual capa,
de piel te abrigó la espalda
y en tu extensión desnuda
con ansias rondaba el deseo,
aquel que tu esperabas
para darle tu ardiente esencia.
Anoche sentí
que engendramos amor en besos
y entre orgasmos nacimos dos.
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