Vicente Herrera Márquez
Llegaste…
¿De dónde viniste?
¿Acaso te trajo el viento?
Quizás te engendraste figura en mi inconciencia,
brotaste de los recuerdos o naciste de mis deseos.
Solo se que estás aquí, con túnica de diosa,
esencia de quimera y fronteras de mujer.
Insinúas una imagen con contornos de trazo firme,
te dibujas en mis retinas y te grabas en mi memoria.
Escribes poemas con palabras en tiempo de verbo actual,
que hablan de vida, estaciones, encuentros y despedidas.
Emites música y ritmo que brotan de tus falanges,
me cautivas con tu cadencia envuelta en velos de tul.
Te muestras en cuerpos bellos cubiertos de piel perfecta,
que se enredan con las letras que sueñas de madrugada.
Trazo un sendero nuevo en el mapa de mis rutas
que se tejen y entrecruzan sin saber a donde van.
Muevo torres y alfiles en el ajedrez de mi historia,
sacando las piezas muertas que ocupan algún lugar.
Creo hojas en blanco para dibujarlas con ilusión,
sin dejar margen ni espacios para engañar o mentir.
Invento cien mil pretextos para atraer tu atención,
hurgando en tus circunstancias y jugando a adivinar.
Siento que por mis venas corre un torrente de juventud,
que impaciente, despierta bríos que están dormidos.
Me pierdo en tu pretérito buscando ancestros de diosa,
te diviso y te encuentro esperando en pedestal de mujer.
Te imagino en huerto ajeno, fruta tentadora y jugosa,
que meciéndose en su árbol me incita a saltar la cerca.
Escribo, borro y vuelvo a escribir, quiero atraparte,
quiero que mis manos aprendan y memoricen tu continente,
quiero fundirme en tu cuerpo y con caricias tatuarte.
Te presiento musa, en las páginas de mi gran libro,
queriendo escribir la historia de un nuevo sueño de amor.
domingo, 27 de julio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario