Vicente Herrera Márquez
Hoy por la noche, a las diez, invítame a tu casa,
hace tiempo que lo anhelo, espérame a cenar.
¿Cuál es el problema? Yo te ayudo a cocinar,
me gusta la cocina y en ella algo se yo hacer.
Yo llevo los ingredientes, ¿tu? tu agrégale el sabor.
También yo llevo el vino, los bombones y las flores,
tu regala a mis ojos tu belleza y solo pon las copas,
las llenamos y un brindis, un brindis por los dos.
Mientras tu pones flores, candelabro y mantel largo,
yo cocino el manjar con que te quiero agasajar.
Prepararé una entrada, una crema y plato fuerte,
de postre queso y rojas frutas, luego será el café.
El bajativo lo libaremos de los labios embebidos
en ese vino dulce ardiente, que a ti te gusta tanto.
Y al calor del vino y el dulzor de nuestros besos,
la luz se ira escondiendo tras las cortina y en rincones,
dejando la penumbra que requieren las siluetas,
para dibujarse en las sombras apretadas en abrazo.
La música con cadencia de romanza será armonía
acompañada en melodía por suspiros y susurros,
que brotarán sin temores de tu boca y de la mía.
Tu alcoba estará esperando ansiosa la llegada
de dos cuerpos que por tiempo se desean
y por dichos sin pensar crean espacios de distancias.
Tu cama será aposento, tu cuarto será el testigo
de deseos contenidos y caricias reprimidas,
sentimientos que se guardan en los rincones oscuros
a la espera que el tiempo abra o rompa las persianas.
Libres vivamos la noche, no pensemos en mañana,
dame tu boca, tu piel, tu cuerpo, apodérate del mío.
Sintamos nuestros tiempos, gocemos del amor,
soltemos los corceles, cortemos las amarras de las naves,
transitemos los senderos del deseo, gritemos la pasión.
Esta noche será nuestra, desterremos los temores.
Mi amor, que esta noche sea el comienzo de la vida.
Todo puede empezar a las diez, si me invitas a cenar.
domingo, 27 de julio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario