Vicente Herrera Márquez
Eres la audacia que emprende caminos
y logras al destino imprimirle tu ritmo.
Pero también eres el sosiego y la calma
que permite pavimentar firme el camino.
Me atrevo a correr con locura a tu lado,
pero allí estas tú, en el momento preciso,
poniendo la coma a mi oración apurada
o enfriando de mi verso el verbo impaciente.
Detienes mis manos cuando ellas se apuran
y guardas espacios en el baúl de los deseos.
Sabes escribir pausas en mi loco pentagrama,
en los momentos que desborda mi ansiedad.
Llamas al orden a mi boca impertinente,
aunque la tuya desespere por mis besos.
Reprimes en tus labios las letras de un: Te quiero,
pero aceptas y sonríes cuando digo: Yo te quiero.
Escondes con temor las caricias de tus manos,
mientras las mías se deslizan temerosas por tu piel.
Alejas sutilmente la llegada del momento del placer,
y me dejas divagando en los colores del satín.
Siendo la dueña del dominio que habitamos,
teniendo en tus manos las llaves de las puertas
y habiendo escrito el decálogo que ordena,
eres tu la que viene , la que llega y la que va,
yo aunque apure se que tengo que esperar
a que tu audacia venza los fantasmas del temor.
domingo, 27 de julio de 2008
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