Vicente Herrera Márquez
Con sábanas rojas me incitas torera,
no hay traje de luces, luces en encaje negro.
La montera es un velo y la capa es espuma.
Me tientas a seguirte en la arena que es cama
mientras me despojas de ropa y temores.
La noche es un ruedo con cientos de caras,
que ansiosas esperan en verónicas vernos.
Pero el tiempo que pasa las va transformando,
de rostros, a miles de rosas que rojas nos miran,
en esta lidia de amor, sin muleta ni espada.
No hay banderillas, tan solo caricias,
que animan y encienden las horas que corren.
No hay bocas que griten ni oles que aviven,
solo se escuchan susurros pausados que dicen te amo.
La lidia con toros y arena en el ruedo debiera prohibirse,
pero no la nuestra torera, dame una estocada de amor.
domingo, 27 de julio de 2008
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